A mí me gustaría saber qué clase de tipo de mercadotecnia es el que aplican las compañías de telefonía. Parece una regla básica de cualquier estrategia mercantil la de intentar fidelizar al cliente. Es una intención antigua, vale, pero no consigo aceptar que esté obsoleta o desfasada. Y sin embargo, a las telefónicas les resbala totalmente, por lo que debe de existir algún secreto inconfesable que guardan celosamente, porque lo que es indudable es que les va bien. A las compañías, digo.
Lo clásico siempre ha sido intentar beneficiar al buen cliente, aunque solo fuera por agradecer su lealtad. Hubo tiempos en que, cuando iban a salir ofertas, incluso se avisaba a los clientes más fieles para que fueran los primeros en aprovechar los descuentos y así pudieran elegir entre un stock más amplio que el cliente ocasional. Pero bueno, esto es de cuando las ofertas y rebajas eran de verdad.
Pues bien, las compañías de telefonía actúan en dirección totalmente contraria. Si ya eres cliente no puedes acogerte a las mejores ofertas. Están reservadas para clientes nuevos. En definitiva, están primando que el consumidor cambie y cambie de compañía hasta encontrar alguna que le trate bien. Y lo más curioso es que esto nunca ocurre, aunque siguen forrándose. Las compañías de telefonía, digo.
Así que, cuando uno lleva cuarenta años como cliente de la misma empresa, tiene un terrible complejo de pagafantas. Y lo es.
No hay comentarios:
Publicar un comentario