jueves, 5 de mayo de 2016

Ayer y hoy de los manteles de uso permanente

Mantel antimanchas
Hasta no hace muchos años era habitual, sobre todo en ambientes rurales, que  tanto la mesa de cocina como la de comedor se mantuvieran cubiertas y protegidas por manteles que generalmente eran de hule. De esta forma, aquellas mesas, normalmente de madera, quedaban a resguardo de posibles derrames, manchas de grasa, etc...
Lo cierto es que aquellos manteles, a pesar de su utilidad, tenían un tacto poco agradable, similar al plástico, por lo que, poco a poco, y a medida que la formica iba sustituyendo a la madera en las encimeras de las mesas, se fue perdiendo su uso y lo más habitual era mostrar las encimeras desnudas.
En la actualidad, ha vuelto a ponerse de moda el uso de manteles permanentes sobre las encimeras de mesas, tanto para salas de estar como cocinas u offices. Y es que aquellos antiguos manteles de hule, no solo cumplían una misión protectora, sino que además, con sus alegres diseños y colorido, aportaban un toque decorativo singular.
Hoy ya no se usan aquellos hules, sino que, gracias a los avances de la tecnología, han sido sustituidos por los llamados manteles antimanchas. Existen en el mercado de diversas clases y diseños. Normalmente se trata de textiles, bien 100 % algodón o con mezcla de poliéster, sobre los que se aplican diversas capas, bien sean resinas, teflón o ambas, que consiguen repeler los líquidos, por lo que las sustancias no llegan a penetrar en el tejido. Aparte de que los diseños son más novedosos, su tacto es mucho más agradable que el de los hules y su aspecto, menos brillante, mucho más atractivo. Últimamente se están comercializando diseños estampados con tecnología láser que consigue una definición sin precedentes en el textil.
A mí me gustan mucho.

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