domingo, 8 de mayo de 2016

La sufrida vida del tendero o que te cuelen un billete de 30 €

El dicho popular de "Eres más falso que un billete de 30 €" parece que no es demasiado conocido en Alemania. Según todos los indicios y a pesar de la fuerte emigración española al país germano, aún no hemos conseguido exportar el refranero, al menos en su totalidad o las versiones más modernas, que el euro tiene dos días. Tampoco la masiva afluencia de turistas alemanes a nuestras tierras ha conseguido imbuirles de nuestro más que considerable acervo cultural en lo tocante a picaresca. Y es que como se pasan el día hablando entre ellos en lengua bárbara y tomando cerveza, pues no se coscan de nada ¡¡¡cuánto tienen que aprender!!!
En fin, pues que la cosa es que, al parecer, un señor alemán, de esos de verdad, de Alemania, se encontró, en vaya usted a saber qué recóndito lugar, unos cuantos billetes de 30 € (no podemos decir cuántos ni que fueran falsificados, ya que falsificar es copiar con ánimo de que no se distinga el original del camelo). Sorprendido y apabullado ante semejante descubrimiento, decidió guardarse uno en el bolsillo para enseñárselo a su amante y diligente esposa, supongo que con el ánimo de que ella también se sorprendiera y apabullara y, seguramente, porque se temía que ella no iba a darle crédito. Digo crédito de creer, no del de prestar la pasta con usura.
Y hete aquí que el buen paisano, al parecer escaso de provisiones, decidió parar en un estanco, que no sé si se les llama así en tierras del septentrión, y comprar unas pocas cajetillas de tabaco, que es a lo que íbamos. Pues bien, lo sorprendente no es que, con intención o de forma inocente, el cliente ofreciese a la estanquera el simulado medio de pago, lo sorprendente es que la tendera lo aceptase y devolviera el cambio por el valor nominal del mismo.
Lo más sangrante de todo este extraordinario suceso es que, aunque no otorguemos un alto grado intelectual al pueblo germano, seguramente confundidos e influenciados por el paupérrimo nivel de sus representantes políticos, los tenderos siempre hemos gozado de un alto grado de perspicacia y entendimiento en lo tocante al monetario. Estoy convencido de que ha de existir alguna explicación convincente que justifique un comportamiento tan indigno de la noble profesión mercantil.
Solo espero que este lamentable sucedido no empañe la fama y el prestigio adquiridos por el noble arte del comercio, con el esfuerzo, la dedicación y el empeño de cientos de generaciones dedicadas al oficio.
Y para que nadie piense que esto es cosa de invención, dejo aquí el enlace a la noticia por si fuera de interés:

Se encuentra un billete de 30 euros, paga con él y le devuelven el cambio

No hay comentarios:

Publicar un comentario